Si no lo veo no lo creo. Una empresa llamada Flexplay Entertainment ha llegado a un acuerdo con los principales estudios de Hollywood para comenzar a distribuir este mismo mes sus películas en unos DVDs que se autodestruyen a las 48 horas de ser abiertos. Es la ocurrencia que han tenido ahora para asegurarse de que no podamos ver sus films las veces que queramos.
Los discos, que se van a vender al precio de 4.99 dólares, incluyen un adhesivo especial que al entrar en contacto con el oxígeno origina una reacción química que los deja inservibles en sólo un par de días. Así pues, mientras no abramos los DVDs no pasará nada, pero en cuanto les quitemos el plastiquito que los envuelve únicamente dispondremos de ese plazo para ver las películas. Es como un DRM pero a lo bestia.
La idea, dicho sea de paso, no es nueva. Una década atrás, DIVX (no guarda ninguna relación con el códec) ya trató de imponer un formato propio de DVDs que se autodestruían al poco tiempo de adquirirlos. El proyecto, evidentemente, fue un fracaso. Y éste, desde luego, también lo será.
Aún así, lo verdaderamente sorprendente es que en la industria cinematográfica todavía haya personajes que nos consideren estúpidos y que estén dispuestos a poner en marcha servicios absurdos que pisotean los derechos de los consumidores de la manera más burda. ¿Acaso creen que somos imbéciles?
Mi único consuelo es que estoy convencido de que van a salir trasquilados de esta pseudo-proyecto. Espero sinceramente que las pérdidas sean millonarias. A lo mejor de esta manera aprenden la lección.
Fuente: http://www.abadiadigital.com/noticia3143.html
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